Durante la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló el estudio sistemático del sistema nervioso en el ámbito clínico y experimental. La neurología, como especialidad emergente con objetivos definidos, procedimientos estandarizados y organizada corporativamente se situó a principios del siglo XX a la vanguardia de la ciencia médica.
La década de 1850 marcó el nacimiento de tres figuras fundamentales para la neurología y las neurociencias en España: Luis Simarro Lacabra, Santiago Ramón y Cajal y Luis Barraquer Roviralta. Creadores de núcleos dinámicos asistenciales, formativos y de investigación contaron con un número considerable de discípulos de proyección internacional que consolidaron el trabajo realizado por sus maestros.
Luis Simarro Lacabra (1851-1921) fue un influyente modernizador y precursor de la neurología, la psiquiatría, la neurohistología y la psicología experimental en España. Ejerció como médico en el Hospital de la Princesa y en la Casa de Dementes de Santa Isabel y regentó la cátedra de Psicología Experimental creada en 1902. Difundió en España el método cromoargéntico de Golgi. A su vez inventó el llamado ‘método fotográfico’, que sirvió de base a Cajal para desarrollar su método del nitrato de plata.
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), reconocido como uno de los fundadores de la neurociencia contemporánea, premio Nobel de Medicina en 1906, dirigió el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, fundado en 1900.
Describió la anatomía microscópica del sistema nervioso y, desde el punto de vista funcional, dos fueron sus principales aportaciones, que permitieron a la neurociencia dar un paso de gigante: la polarización dinámica de la neurona y la teoría de la individualidad neuronal.
Además de dedicar su vida a la investigación, la gran preocupación de Cajal fue crear ‘escuela’ y que sus discípulos, como Tello, Lafora, De Castro, Achúcarro, Río-Hortega, Sacristán, Lorente de Nó y Villaverde, entre otros, dieran continuidad a su obra.
Luis Barraquer Roviralta (1855-1928) fue una figura clave en el nacimiento de la neurología clínica en España. Realizó estancias en París entre 1879 y 1880, manteniendo contactos personales y epistolares con las primeras figuras neurológicas del momento, que ejercieron sobre él una gran influencia: Charcot, Hammond, Obersteiner y Gowers, entre otros.
En 1882, coincidiendo con la creación de la cátedra de Enfermedades Nerviosas de Jean Martin Charcot en la Salpêtrière y la fundación del Instituto Neurológico de Viena por Heinrich Obersteiner, Luis Barraquer Roviralta creó en el Hospital de la Santa Creu el primer servicio de neurología en España, denominado Dispensario de Electroterapia. Posteriormente, el Dispensario cambió su denominación a Servicio de Neurología y Electroterapia.
Barraquer Roviralta se centró en la semiología y patología del sistema nervioso periférico y en los trastornos tróficos, documentando gráficamente muchos de los casos que trató.
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